La figura del Ombudsman tiene sus orígenes en Suecia. El más remoto data de 1703, con la Cancillería de Justicia –Konungens Hogsta Ombudsmannen-, cuya finalidad era la de velar y supervisar la responsabilidad, la actividad y la eficacia del gobierno. Para 1809 surge el Justittiekansler, como un delegado de la corona y del Parlamento sueco al que se le instituye de independencia con el deber de supervisar y vigilar la observancia y correcta aplicación de las leyes y sus reglamentos. [1]
La palabra Ombudsman proviene de los vocablos ombud – el que actúa como vocero o representante del otro- y man -hombre-. El término se le atribuye al jurista sueco Hans Harta, quien fuera miembro de la Comisión Constitucional redactora de la Carta Magna de Suecia en 1809. [2]
Roberto Cuéllar Martínez afirma que “hay acuerdo en la doctrina en que la función principal del Ombudsman es la de supervisar el funcionamiento de la administración del Estado en defensa de los derechos humanos. En Suecia surgió como una ventana que ofrece el Estado para canalizar los reclamos de los habitantes, para lograr, por la vía de la persuasión, modificar conductas de éstos a favor de una administración eficiente y respetuosa.” [3]
En México el Ombudsman por excelencia es la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y, en materia tributaria, lo es la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente.
FUENTES:
- [1] ANTECEDENTES DEL OMBUDSMAN. Comisión Nacional de Derechos Humanos del Estado de México. Recuperado en: https://www.codhem.org.mx/localuser/codhem.org/info/ombudsman33.html
- [2] EL OMBUDSMAN, DEFENSOR DEL PUEBLO. Comisión Nacional de Derechos Humanos del Estado de México. Recuperado en: https://www.codhem.org.mx/localuser/codhem.org/info/ombudsman22.html
- [3] BERNAL LADRÓN DE GUEVARA, Diana; GUERRA JUÁREZ, Alejandra; MELGAR MANZANILLA, Pastora; RODRÍGUEZ VELÁZQUEZ, Carlos G. El Ombudsman y la Opinión Pública. Procuraduría de la Defensa del Contribuyente, Noviembre 2012.