Yo creo que era el año 1984, 85 tal vez, cuando el viejo Lázaro Pinzón, un señor de mucha plata, que tenía una presencia intachable, dio un paso definitivo en su vida: firmó un pacto con el mismísimo diablo, con el SAT. Pero esa no es nuestra historia, no mi querido lector, pues la realidad […]